sábado, 15 de septiembre de 2012

La Salud en el Adulto Mayor



Concepto de Anciano: 
        El término anciano se utiliza para referirse a aquella persona que se encuentra dentro de los parámetros de lo que se llama tercera edad o población de personas mayores.Entonces, entre las características que definen a este tipo de población se cuentan una edad que oscilará entre los 65 y 70 años para arriba, porque vale destacar que como consecuencia de las mejoras que a través de los años y siglos se han logrado en materia de calidad de vida, cada vez más se corre la brecha de edad que empezó siendo en la antigüedad de 30 años de edad y en la actualidad, como dijimos, ya supera los 70, los 80, los 90 y en algunos casos paradigmáticos y por demás envidiables, los 100.


En el enfoque bioético asistencial del anciano, demanda el replanteamiento de los modelos asistenciales, de los principios de equidad y distribución de recursos y del ejercicio de un enfoque nuevo de la ética profesional adaptada a los retos del progreso científico. Consideremos que un 15 a 20% de la población occidental son personas mayores de 65 años. Otra de las consideraciones a tomar en cuenta, es que la colectividad de los ancianos representa uno de los sectores de la población donde más se ancla la pobreza, la enfermedad y la desigualdad social. Es por ello que el reto para la bioética de nuestro tiempo, es desarrollar un criterio ético de la humanización en la atención socio-sanitaria de las personas mayores a fin de que estas  puedan gozar de una mayor calidad de vida; entendida ésta no sólo como la satisfacción de las exigencias impuestas por la dignidad personal de todos y cada uno de nuestros mayores.


El cuidado de los ancianos, responsabilidad familiar y social Los ancianos tienen derecho a una atención adecuada. En que consiste esa atención, es algo que los propios sujetos encargados de estos cuidados deben responder.

La respuesta no es uniforme para todos los tiempos, el tipo de familia y de organización social tiene repercusión en esta cuestión. En la mayoría de nuestras sociedades ha disminuido el número de padres que viven con sus hijos. Los padres que dependen de sus hijos, son cada vez menos debido a los programas de cobertura social, pensiones de retiro, seguros médicos por ejemplo. Las familias son cada vez más pequeñas, con menor número de hijos, Con frecuencia en las familias formadas por hijos casados ambos esposos trabajan, lo cual limita las posibilidades de tiempo para atender a sus padres. En épocas pasadas esta misión era confiada a las familias, las cuales tenían la capacidad para atender adecuadamente a los ancianos con una modesta ayuda social o sin ella y sobre todo la posesión por parte de ellas de la fuerza moral, psicológica y espiritual para llevar a cabo esta misión.

La necesidad de las personas constituye un título moral para ser atendidas, y si a la familia le toca esta obligación particular, ello se  debe a los lazos que la vinculación biológica y la convivencia crean entre personas: el amor, el sentimiento de gratitud hacia los padres no deben desaparecer, a pesar de las variaciones socio-culturales, De todas formas también debe considerarse que el cuidado de los ancianos no debería suponer una carga excesiva para los hijos, hasta el punto de poner en peligro la estabilidad de sus hogares.

De todas formas se han de tomar en cuenta que en estos momentos de la vida de la persona mayor, necesitan la cercanía de sus seres queridos, su compañía, su afecto. Cuando esta situación no sea factible y el anciano tenga la necesidad de recibir su asistencia de instituciones especiales, el personal debe estar convencido de este tipo de actitudes de misericordia con el anciano. De todas formas se han de tomar en cuenta que en estos momentos de la vida de la persona mayor, necesitan la cercanía de sus seres queridos, su compañía, su afecto. Cuando esta situación no sea factible y el anciano tenga la necesidad de recibir su asistencia de instituciones especiales, el personal debe estar convencido de este tipo de actitudes de misericordia con el anciano. De acuerdo con Jesús Ladrón: “en la actualidad la relación asistencial con el paciente anciano se ha visto notablemente influida por los cambios sociales y tecnológicos; ello ha transformado tanto la percepción del paciente como la del propio profesional, entendiendo la situación de cada uno de una manera desigual”.

Salud mental de los Ancianos:
- El anciano depresivo
- El anciano con riesgo suicida
- El anciano con trastornos del sueño
- El anciano confuso
- El anciano agitado

Los trastornos psiquiátricos en el anciano son frecuentes y afectan a lo largo de la vejez, en algún momento de la misma, a una proporción que oscila entre el 60 y el 90% de los casos. De todos los posibles cuadros psiquiátricos, el más frecuente en la primera mitad de la vejez (de los 65 a los 75-80 años) es la depresión y la prevalencia se reparte entre depresión y demencia, en la segunda mitad, desde los 75-80 años.


El envejecimiento está asociado con un incremento en la incidencia de diversas enfermedades crónicas, incluyendo la enfermedad arterial coronaria, la DM no insulinodependiente y la osteoporosis. Está bien documentado, además, que concomitantemente se producen cambios en la composición corporal que incluyen incrementos de la grasa corporal y la progresivo declinación en la masa muscular y la densidad ósea, factores que unidos resultan en una disminución de la fuerza muscular y la capacidad aeróbica.

Entre las afecciones más importantes, que constituyen causa de morbilidad y mortalidad en el senescente se encuentran las enfermedades cardiovasculares. Los datos del estudio de Framinghan y otras investigaciones han establecido el papel de la HTA en la mortalidad cardiovascular, sobre todo, después de los 60 años. Esta constituye un grave problema de salud por ser también un importante riesgo para el desarrollo de otras enfermedades, como son: afecciones ateroescleróticas, cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. En el paciente geriátrico la presencia de HTA incrementa al triple el riesgo de muerte cardiovascular.

Los factores de riesgo para estas enfermedades han sido analizados por varios grupos de trabajo en diversas investigaciones, y han demostrado que la edad, el sexo, el hábito de fumar, el estrés social, el alcoholismo, los altos niveles colesterol y triglicéridos en sangre, el sedentarismo, el exceso de peso y la correspondiente obesidad, están estrechamente relacionados con ellas.



El estado de salud de los ancianos mexicanos, en el enlace se encuentra un pdf en el cual describe cada etapa de los ancianos y su estadística en México.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:


2 comentarios:

  1. Bienvenido a mihijosuplente.org Socializar y compartir servicios con las personas mayores, no en sus actividades diarias y cotidianas Ingrese para más información

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