sábado, 6 de octubre de 2012

Guía Bioética para la Toma de Decisiones del Personal de Salud



Al tomar una decisión en el ámbito de la salud juegan un papel fundamental los siguientes elementos: el paciente con su estado de salud, el médico con su conocimiento teórico y pericia práctica, los objetivos que se procuran alcanzar, la estrategia que se elegirá y el ambiente para desarrollar este proceso de toma de decisiones teniendo en cuenta los medios que dispone el equipo de profesionales, el paciente y su familia.

Tomar una decisión en la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI)  es un proceso que requiere la formulación correcta de un problema, y también el análisis de los cursos de acción para cumplir el objetivo propuesto.

Es por esto que en la formación de los profesionales de salud debe estar incluida la cátedra de bioética, dentro del currículo explícito e identificarla como una necesidad de aprendizaje de docentes y estudiantes. Se debe pasar del aprendizaje teórico al práctico que transforma lo aprendido a lo aprehendido y se puede reflejar en cambios de conducta y aptitudes en el quehacer médico. El compromiso de la universidad no es sólo la formación académica sino la preservación y mejoramiento de la vida en los diferentes contextos geográficos y culturales, buscando la implementación de políticas públicas que aborden los problemas sociales que enfrentan los países denominados del tercer mundo mediante la justicia en forma de equidad y la solidaridad (López, 2004)

En la práctica asistencial las condiciones de formación y entrenamiento del médico en la toma de decisiones determinan de alguna manera la facilidad o dificultad para hacerlo. Se pueden presentar dos situaciones: una en la que el médico toma decisiones sin premura y, en la otra el médico toma decisiones urgido por situaciones críticas. Las situaciones límite ponen a prueba la capacidad teórica, la experiencia práctica y el coraje del médico. Debe tener en cuenta lo que es mejor para el paciente, la voluntad de los familiares y lo que puede ofrecer con la ciencia y la tecnología disponibles, ahí está el arte de su difícil labor (Amaro, 2001).

Tales decisiones poseen importantes implicaciones éticas, pues traspasado cierto límite, la beneficencia que se busca puede transformarse en maleficencia al someter al paciente a un largo, doloroso y costoso proceso de morir. Se debe valorar la totalidad de la persona, teniendo en cuenta la evolución de la enfermedad, además de la proporción entre beneficios y riesgos que pudieran derivar de ello (Lucas, 2003) Es claro que partiendo del principio de beneficencia se debe promover una atención Bioética
En la práctica asistencial las condiciones de formación y entrenamiento del médico en la toma de decisiones determinan de alguna manera la facilidad o dificultad para hacerlo. Se pueden presentar dos situaciones: una en la que el médico toma decisiones sin premura y, en la otra el médico toma decisiones urgido por situaciones críticas. Las situaciones límite ponen a prueba la capacidad teórica, la experiencia práctica y el coraje del médico.

Revista Latinoamericana de Julio-Diciembre 2008 EDUCACIÓN, BIOÉTICA Y TOMA DE DECISIONES ÉTICAS EN UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO / M. Rincón et al. Adecuada y compasiva al mayor número de pacientes sobre todo los críticamente enfermos (Lago, 2005)
Se debe evitar los síntomas, el sufrimiento y dolor como tratamiento paliativo independientemente de la evolución del paciente (Roig, 2003) También manejar adecuadamente la ansiedad, frustración y angustia que provoca la mala evolución o muerte del paciente. Todo esto es posible si se estructura un nivel de comunicación adecuado con la familia, teniendo en cuenta las necesidades afectivas y existenciales de la misma, esto da significado y dimensión humana a la situación de crisis que atraviesan, haciendo posible el cuidado en salud mental no sólo del paciente sino también de su entorno (Carnevale, 2007) (Meert, 2001) (Cook, 2002) (Studdert, 2003) (Ruiz, 1998).

En la medida de lo posible, se debe contar con la posición del paciente, quien se plantea la existencia de una relación entre la conciencia de él mismo, el grado de individualidad y la actitud frente a la muerte. Cuanto más se desarrolla la personalidad, más difícil resulta aceptar la desaparición o la de aquellos a los que se quieren y más horror despierta la muerte.

El reforzamiento de las actitudes fóbicas ante la muerte, la dificultad para decidir poner fin a los tratamientos cuando estos resultan fútiles y la muerte en condiciones de suma indignidad, han sido avaladas por la sociedad, porque es evidente que la obsesión por la supervivencia, a menudo incluso en detrimento de su vida, revela en el hombre su quejumbroso afán de salvar su individualidad más allá de la muerte (Morin, 1999)

No se puede desconocer la capacidad del individuo de decidir, ya que está dotado de actitudes sociales y culturales, discernimiento para optar según su estilo de vida, metas y valores de referencia la decisión sobre el futuro que a él le atañe (Hans, 1988)
En los últimos años los reportes de la asociación de cuidados críticos en Norteamérica y Europa reportan que los clínicos se apoyan en los familiares para renunciar a sostener el tratamiento vital (Douglas 2007)
Los resultados después de la decisión tomada pueden ir desde la curación del paciente hasta el deterioro del mismo, una intervención médica influye en la supervivencia y la calidad de vida del enfermo, por lo tanto, este resultado puede tener consecuencias éticas y legales (Cataldi, 2003). Con base en lo anterior, la atención del enfermo en el contexto de gravedad, ha incentivado la creación de las UCI, con el fin de prolongar y mejorar la calidad de vida del paciente; en estos sitios asistenciales se aplica el soporte vital como sustitución o reemplazo de diversos órganos, sistemas y funciones del paciente en estado crítico (Chávez, 2006).

El juicio clínico o la capacidad de predecir desenlaces en pacientes críticos, dependen de muchas variables. Además de la experiencia, conocimientos y capacidad de análisis, existen otras no menos importantes como los valores éticos, la formación humanística y otras características tan individuales como impredecibles (Dueñas, 2000)

En este sentido también se han generado múltiples interrogantes y dilemas éticos de cara a las conductas alrededor de la bioética. Con la aparición de las nuevas tecnologías y su uso en las
UCI se hizo posible la supervivencia de cierto tipo de pacientes en estado crítico que anteriormente no sobrevivían (Alberti 2008) Aunque nadie puede poner en duda el balance positivo que ha representado la aplicación de los modernos recursos terapéuticos, no es menos cierto que a veces se transforma, en un cruel procedimiento el retrasar la muerte en lugar de prolongar la vida. La medicina no debe representar una lucha ciega contra la muerte, nunca se debe olvidar que esta constituye el final de la vida.



Bibliografia: 



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