La relación médico/paciente
se ha modificado, de una relación de carácter paternalista se ha pasado a otra
de "Autonomía", dando origen a nuevos y diferentes problemas en la
práctica diaria a los que trata de dar respuesta la BIOÉTICA. Los avances
tecnológicos, los cambios en los valores sociales y la creciente preocupación
por la defensa de los Derechos Humanos, hacen que surjan y se reaviven los
debates en temas controvertidos para la sociedad: la eutanasia, la interrupción
voluntaria del embarazo, el estado vegetativo permanente, la atención a
enfermos en fase irreversible, la fecundación in Vitro, la inseminación
artificial, la ingeniería genética, los trasplantes de órganos y el tratamiento
de los neonatos con graves minusvalías son algunos ejemplos.
Ante la creciente
insatisfacción de los pacientes por la asistencia recibida de profesionales
sanitarios y la Administración, las demandas judiciales han experimentado un
crecimiento exponencial por parte de los usuarios.
La
información clínica que se proporciona al paciente o usuario de un servicio de
salud puede contribuir al mejor desarrollo del proceso asistencial, mejorar la
relación entre los sanitarios y aquél y, por tanto, influir en la calidad del
servicio. Todo profesional sanitario que interviene en el proceso asistencial
tiene la obligación de informar dentro de sus funciones y competencias, aun
existiendo la figura del médico responsable, figura que no siempre es fácil de
establecer (como cuando intervienen distintos servicios en un mismo proceso
asistencial).
Igualmente importante es detenerse sobre el derecho del paciente a no ser informado, derecho limitado en casos como el interés de la salud del propio paciente, de terceros o de la colectividad.
Igualmente importante es detenerse sobre el derecho del paciente a no ser informado, derecho limitado en casos como el interés de la salud del propio paciente, de terceros o de la colectividad.
Cumplir
con estos mínimos supone, por un lado, un cambio en el modo de trabajar de los
propios profesionales y, por otro, que los poderes públicos lleven a cabo las
actuaciones necesarias para que, de manera efectiva, se trasladen a la práctica
estos estándares de calidad en la información. La orientación de los servicios
sanitarios hacia la satisfacción de las necesidades de pacientes y usuarios
implica que cuando se habla de calidad se tengan presentes dos dimensiones
estrechamente ligadas: por un lado, la aplicación de la ciencia para la
solución de un problema (calidad científico-técnica) y, por otro, la calidad
percibida por el usuario (o lo que es lo mismo, el resultado de la diferencia
entre lo que el paciente o usuario espera del servicio y lo que dice haber
obtenido). Esta última dependerá, entre otros factores, de cómo se produzca la
interacción entre el usuario y los profesionales que prestan los servicios, así
como de las expectativas que previamente se haya formado aquél.
Proporcionar
información asistencial a los pacientes es necesario para el correcto
desarrollo de la relación sanitario-paciente y, a buen seguro, se erige en un
factor determinante en la adecuación de las expectativas de los usuarios al
resultado final de la prestación del servicio.
El
Plan Nacional de Desarrollo 2001 a 2006 de México y el Programa Nacional de
Salud, destacan la importancia de hacer explícitos los derechos de los pacientes,
para fomentar una cultura de servicio que satisfaga las expectativas y dignidad
de éstos.
En 1994, la Organización
Mundial de la Salud. Oficina Regional para Europa promulga una Declaración
para la promoción de los derechos de los pacientes en Europa. Esta declaración
busca reafirmar los derechos humanos fundamentales en la atención sanitaria y
promover el respeto del paciente como persona; quiere también reforzar la
relación entre el paciente y el profesional de la salud, alentar la
participación activa del enfermo en su proceso de curación y humanizar la
asistencia que recibe. Sobre ello en el artículo 2 se afirma: " Los
pacientes tienen derecho a ser informados en detalle sobre su estado de salud,
incluyendo los datos médicos sobre su estado; sobre los procedimientos médicos
propuestos, junto a los riesgos potenciales y beneficios de cada procedimiento;
sobre alternativas a los procedimientos propuestos, incluyendo el efecto de no
aplicar un tratamiento; y sobre el diagnóstico, pronóstico y progreso del
tratamiento. La información debe ser comunicada al paciente de forma adecuada a
su capacidad de comprensión, minimizando el uso de terminología técnica poco
familiar..."
BIBLIOGRAFIA
MUY BIEN !!!!
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