domingo, 25 de noviembre de 2012

ASPECTOS ÉTICOS DE LA ENFERMEDAD TERMINAL


El objetivo de la Medicina no es sólo combatir la muerte, sino luchar contra la muerte prematura y la muerte inoportuna y, cuando ello no es posible, evitar el dolor y el sufrimiento para permitir una muerte tranquila.

Vivir y morir forman parte de lo mismo; morir es uno de los parámetros del vivir.

DEFINICIÓN DE ENFERMO TERMINAL: Según el criterio de diversos autores: 
* Dra. Cicely Saunders, constituye aquél que se enfrenta a una muerte inexorable en breve plazo.
*Calman (1980), establece que la fase terminal en los pacientes cancerosos se da cuando se les ha diagnosticado con exactitud, la muerte no parece demasiado lejana y el esfuerzo médico ha pasado de ser curativo a paliativo.
*Gil y cols. (1988), la fase terminal, mejor enunciada como síndrome terminal de enfermedad, se define como el estado clínico que provoca expectativa de muerte en breve plazo, presentándose comúnmente como el proceso evolutivo final de las enfermedades crónicas progresivas cuando se han agotado los remedios disponibles.

La elección correcta del tratamiento es un imperativo ético para un mejor aprovechamiento de los recursos y requiere una adecuada identificación de la fase en que se encuentra la enfermedad, la evaluación de las ventajas e inconvenientes de las intervenciones, informar al afectado y llegar a un consenso con el paciente, la familia y el equipo para que aquel pueda recibir el mejor tratamiento.
Algunos criterios claros de etiquetar como terminal son:
• Existencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable
• Falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento
específico
• Aparición de numerosos problemas o síntomas intensos, múltiples,
multifactoriales y cambiantes
• Pronóstico inferior a los 6 meses
• Gran impacto emocional en el paciente, familia, y equipo terapéutico, muy relacionado con la presencia, explícita o no, de la muerte.

Por lo general toda enfermedad terminal tiene el siguiente
curso:
*Curativa: Utilización de tratamientos curativos como opción que pretende prolongar la supervivencia.
*Paliativa: Empleo de tratamientos paliativos o tratamientos curativos/activos/específicos con una intención paliativa de mantener o mejorar la calidad de vida.
*Agónica. Empleo exclusivo de tratamientos paliativos con intención de asegurar una muerte en paz o digna.
Una vez confirmado el diagnóstico de enfermedad terminal, el médico debe enfrentarse a la difícil tarea de informar al paciente y a la familia.

CONSIDERACIONES ETICAS:
El paciente tiene derecho a conocer la verdad sobre su enfermedad, cuando ve comprometida su salud y acude al médico.En tales casos, ocultar la verdad sería infantilizar a la persona, reducir al enfermo a un nivel inferior, manteniéndolo engañado, en un clima artificial y falso, en el que todos saben lo que le acontece, menos él. Además, cuando el paciente tiene un sentido trascendente de la vida, se cometería una injusticia dejándole en la ignorancia cuando se acerca a la última etapa de su recorrido vital. Desde el punto de vista moral, no es lícito ilusionar al enfermo o a los parientes con una falsa seguridad, con el peligro de comprometer de este modo la salvación eterna del enfermo o el cumplimiento de obligaciones de justicia o caridad. Parece, por ello, conveniente difundir en la vida hospitalaria la mentalidad en pro de la veracidad, desterrando esas “conspiraciones del silencio” de algunos familiares que pretenden a toda costa ocultarle al enfermo el mal que sufre, contando con la complicidad del médico. Que el médico y la enfermera no deben mentir al enfermo no quiere decir que exista siempre la obligación ética de decir toda la verdad. 

Conviene precisar estos tres conceptos:
 a.- Nunca se debe mentir al enfermo, ni inducirle a engaño. Nadie tiene derecho a mentir a un enfermo que seria y confiadamente pregunta por su estado, quitándole así la posibilidad de enfrentarse con su muerte.
b.- No existe siempre obligación de decir la verdad, si se estima que puede influir negativamente en el enfermo. El médico debe, pues, dar la información requerida por el enfermo, averiguando lo que éste quiere saber.
c.- En ocasiones puede callarse la verdad, eludiendo contestaciones a preguntas indirectas que hace el enfermo (hechas por motivos distintos: reafirmación, ganar esperanza...) pero esperando el momento oportuno de manifestarla, o mejor, tratando de ir dándola gradualmente. Pero si el peligro de muerte es próximo, se debe manifestar al enfermo su situación. Tras lo dicho anteriormente, cabe la siguiente reflexión: la verdad no debe hacer daño; la experiencia indica que en la mayor parte de los casos resulta beneficiosa y causa un profundo alivio si ha sabido decirse correctamente. Es la falta de información la que puede llevar al enfermo a estados de ansiedad más graves que los que puedan derivarse de una información intempestiva.

Ante todo lo dicho hay que tener en cuenta que lo que tenemos enfrente es un ser humano y tenemos que tomar en cuenta y respetar sus deseos y hacer que reciba una muerte digna de alguien que vivió.

BIBLIOGRAFIA:


HECHO POR ALIX JANELLE CHOC CORNEJO

No hay comentarios:

Publicar un comentario