sábado, 3 de noviembre de 2012

Identificar sustituto del paciente incompetente


Las personas implicadas en la relación sanitaria para tomar decisiones deben tener en consideración tanto la situación psicológica y biológica del paciente como los deseos del enfermo correctamente informado. Estos aspectos la situación biológica y psicológica del enfermo y sus deseos- están  interrelación y se ven influidos por la situación familiar y social. El nivel de dependencia física o psíquica del enfermo, su situación económica, la calidad y la cantidad de apoyo propiciada por la red formal o informal, y la vivencia de la enfermedad por el propio enfermo y su familia, pueden condicionar tanto la situación biológica como los deseos del enfermo . El conocimiento de los valores que han conformado vida del paciente permite evaluar la coherencia de sus decisiones. Esta valoración no puede hacerse desde un conocimiento puntual del enfermo. Por ello, la continuidad en su atención o aportación de información por parte del médico de familia o de la propia familia proporción los datos necesarios para valorar dicha coherencia. Cuando el paciente sea incompetente se deberá evaluar si la incompetencia es transitoria permanente, así como su nivel. En cuanto a la información que se debe proporcionar en diferentes casos, la ley indica que el enfermo será informado incluso en casos de incapacidad debe  de ser de un modo adecuado a sus posibilidades de comprensión. Por lo tanto, una de las labores del profesional sanitario será la de identificar a un sustituto o representante del enfermo en la toma decisiones. En nuestra práctica habitual suele corresponder a un miembro de la familia. En nuestra práctica habitual suele corresponder a u miembro de la familia este sustituye o representa las decisiones del paciente basándose en el mejor conocimiento de sus valores y considerando qué es lo que mejor se ajusta a sus intereses.

Los problemas son más complejos cuando se trata de enfermos sin familia y de los que no dispone de ningún documento de VA o de alguna directriz oral previa. En estas situaciones utiliza otro criterio para tomar las decisiones en el paciente incompetente denominado “mejor interés”, que viene determinado por el resultado de analizar riesgos y beneficios según los criterios de buena práctica clínica de la comunidad científica médica y lo que la sociedad considera que es mejor en ese momento. 
Si bien el marco jurídico clarifica el proceso de la toma de decisiones, éste no está exento  problemas como son: 
La complejidad en la determinación de la competencia en algunos enfermos ya que se carece de guías claras acerca de la manera de hacerlo adecuadamente.
Una vez tomada las decisión es recomendable que se comunique a todo el equipo sanitario y a los familiares del enfermo, en cuanto al tipo de tratamiento que se debe seguir, se tomará la decisión si existe dificultades a la hora de alcanzar un consenso, bien por la diferencia de criterios entre el los propios profesionales encargados de atender al enfermo, se debería valorar la posibilidad de acudir al Comité de Ética Asistencial (CEA), a un juez, o bien a otros profesionales que manifiesten su acuerdo con enfermo o sus representantes y puedan responsabilizarse de la situación.

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