sábado, 24 de noviembre de 2012

Establecer procesos comunicativos con el enfermo terminal y su familia

Si bien el paciente terminal tiene derecho a conocer todo lo concerniente a su enfermedad y su proceso de morir, tiene también derecho a rehusar conocerlo, lo que suele traducirse en no indagar nada al respecto y,
En nuestro pa’s el cuidado de la salud sigue correspondiendo en su mayor medida a la familia y al sistema domestico. La familia es un pilar b‡asico en la provisi—n de cuidados del paciente terminal, sin su participaci—on activa dif’cilmente se van a alcanzar los objetivos marcados en atencion al enfermo. Debemos considerar a la familia del enfermo terminal tambiŽn como objeto de nuestra atenci—on, ya que se van a desarrollar en sus miembros una serie de alteraciones que afectan a mœultiples esferas (emocional, social, estructural ) y que podemos considerar s’intomas a considerar de igual forma que los que presenta el enfermo. Para prestar atenci—n adecuada a las alteraciones familiares proponemos aplicar los principios generales del Control de S’intomas, si bien en el caso de los si’ntomas familiares al contrario que en los del enfermo, Žestos no son, visibles ni reconocibles para la familia y debe ser el equipo sanitario el agente activo que los ponga de manifiesto.



por lo tanto, el médico se sentiría sin el deber de informar. Esto podría generar uno de los elementos que avalarían la licitud del ocultamiento de la verdad.
Establecer una comunicación abierta con el paciente terminal es para los profesionales de la salud un asunto difícil de salvar en la práctica diaria. La muerte y el proceso de morir evocan en médicos y enfermeras reacciones psicológicas que conducen, directa o indirectamente, a evitar la comunicación sobre la materia con el paciente y su familia. Nuestra sociedad vive de espaldas a la muerte. Por otro lado, cuando las personas están muriendo, la etapa de negación de la muerte crea una barrera entre ellas y el resto de la sociedad, que las aísla cuando más ayuda necesitan.
La información entregada al paciente terminal deberá combinar la prudencia necesaria para no dañar las posibilidades de adaptación del enfermo a la verdad. Si bien las circunstancias sociales y culturales van cambiando, en las sociedades latinoamericanas el médico y la familia suelen tender a creer que el ideal es que el paciente muera sin conciencia de su situación.
Los objetivos del tratamiento de un enfermo terminal según la OMS deben ser:

1.Mejorar la calidad de vida del paciente.
2.Aliviar el dolor y otros síntomas.
3.No alargar ni acortar la vida.
4.Dar apoyo psicológico, social y espiritual.
5.Reafirmar el valor de la vida.
6.Considerar la muerte como parte de un proceso normal.
7Proporcionar sistemas de apoyo para que la vida sea lo más activa posible.
8Dar apoyo a la familia durante la enfermedad y durante el duelo.



http://www.samfyc.es/Revista/PDF/v3n3/07.pdf
http://www.psiquiatria.com/revistas/index.php/psiquiatriacom/article/download/230/215/
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/832/83215670005.pdf

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